El Real Madrid no para su maquinaria, que navega a velocidad de crucero y sin fisuras en Liga Endesa. 13, y no es precisamente augurio de mala suerte, victorias consecutivas alcanzó el equipo de Pablo Laso tras conquistar la cancha de San Pablo Burgos (60-74), en un partido algo más atrancado de lo que nos tienen acostumbradas ambas escuadras, y en el que la experiencia de los madridistas resultó fundamental para llevarse el gato al agua.
Bajo la dirección de Llull, ya confirmado como relevo en el base de Campazzo, y Laprovittola, los merengues fueron construyendo en una de las canchas más complicadas de la Liga Endesa, ante un rival que no se rindió pese a ir a remolque en el marcador, y que luchó hasta que vio que su acierto no era el suficiente como para pelear de tú a tú con el dominador de la competición en los últimos años.
Laso aprovechó el partido para realizar alguna probatura, obligadas en plena competición debido a lo ajetreado del calendario, y alineó de inicio a Thompkins y Randolph como pareja interior, sin una referencia pura al ‘5’. De esta manera, los blancos pudieron abrir el campo y encontraron ciertos réditos en forma de tiros librados que, eso sí, no fueron convertidos en su mayoría.
El tanteo del primer cuarto, 16-17, no respondía ante las características de dos equipos de ritmo alto y puntuación también elevada. En el segundo, el tanteo del Madrid se mantuvo calcado, pero el de Burgos bajó un ápice, otorgando una ventaja ya tangible al conjunto visitante al descanso.
Experiencia y cierre
El tercer cuarto es el sello principal de las victorias del Real Madrid, y Laprovittola y Thompkins hicieron buena la máxima para guiar a un equipo muy enfocado en defensa y ya más acertado desde el exterior. Burgos competía pero no se encontraba debido al desacierto de sus tiradores, y llegaba al último periodo necesitado de un milagro para darle la vuelta al partido.
La experiencia de Llull y Rudy hizo acto de presencia en el choque para no dar opción a la remontada, y con sus minutos en cancha se confirmó la condición de imbatido de un equipo que se ha concienciado desde la marcha de Facu Campazzo de que debe estar más unido que nunca en pos de alargar una racha que alcanza ya los 13 partidos consecutivos sin derrota y se sigue desmarcando en la primera posición de la Liga Endesa.
