El Real Madrid se ha acostumbrado a sufrir tras vivir de las rentas, pero de momento sigue manteniendo su condición de imbatido en la Liga Endesa. Los pupilos de Pablo Laso volvieron a desmarcarse tras una gran primera parte, al igual que sucediera ante Valencia Basket el domingo, pero el Bilbao Basket reaccionó, aprovechando el sesteo merengue y a punto estuvo (83-85) de dar un susto al líder de la ACB. Thompkins y Campazzo aparecieron a tiempo para atar un triunfo que no fue brillante y deberá hacer reflexionar al equipo.
Los comienzos apabullantes están empezando a ser marca registrada del proyecto 2020 del Real Madrid. Poniendo el cerrojo en defensa y moviendo y corriendo en ataque, la mejor versión del Madrid de Pablo Laso se ve en los primeros veinte minutos, en los que los blancos están fraguando sus triunfos. Garuba fue un coloso en el rebote y cerró la puerta en dos ocasiones a los interiores de Bilbao con sendos tapones, y Alocén mandaba con puntos y asistencias después de varios encuentros en el fondo del armario. Era un Madrid de chupete, tan efectivo como efímero por su desaparición en la segunda mitad.
El regreso de vestuarios despertó el orgullo de Bilbao Basket, alentado por la arenga de Mumbrú. Los hombres de negro veían el aro como una piscina y las estadísticas de Rouselle, Hakanson o Balvin llevaban el choque cada vez a una mayor igualdad. Llull apareció para equilibrar la contienda y controlar la reducción de la ventaja, pero el vendaval de los vascos crecía y crecía hasta amenazar con la victoria.
Campazzo, inédito hasta el momento, tomó los mandos en el último cuarto con un resultado positivo, teniendo en cuenta su alianza con Llull y Thompkins para atar la victoria final, con susto en medio y una conclusión de invictos de milagro para el Real Madrid.
