El Real Madrid de Pablo Laso sigue en racha. Tras imponerse en Milán el un partido épico, el conjunto blanco consiguió su victoria número 22 en Euroliga tras imponerse al ASVEL Lyon (87-78) en el Wizink. Los madridistas siguen en segunda posición cerca del Anadolus EFES, que sigue liderando la tabla en Euroliga.
Los de Pablo Laso, con 11 victorias seguidas entre todas las competiciones, se ponen 22-6 en segunda posición ya con el billete a cuartos de final atado la pasada semana. El despertar en defensa y los puntos de Carroll (19) destacaron en un día de jugadores menos habituales, sin LLull, Randolph, Mickey, Deck o Taylor. El segundo objetivo, tener ventaja de cancha, con cuatro victorias sobre el quinto y seis jornadas por jugarse, parece cuestión de tiempo, pero el Asvel recordó que no hay rival pequeño en Europa.
No hay muchos paseos en esta Euroliga y el Asvel no sirvió uno a los blancos. Un Madrid con ganas de dosificar esfuerzos en una semana de doble ración europea se encontró un rival con ganas de pelea, aún vivo en la competición. Así, con Garuba y Nakic en el cinco inicial, le costó arrancar a los blancos, con solo puntos de Carroll y Tavares, más dos de Nakic, en el primer cuarto (14-20).
Pese a jugar contra un rival cargado de faltas en tres minutos, el Madrid no supo atacar, aunque el desconcierto fue sobre todo en defensa. Ahí ayudó a ponerse las pilas la entrada de Rudy Fernández en el segundo cuarto, además de reducir las pérdidas. Lo mejor del parcial para los de Laso fue el inicio y el final de Causeur, para irse a ocho puntos y dejar por delante al Madrid al descanso.
El 39-38 dejaba un partido de mono de trabajo, al menos hasta que aguantase la fe del Asvel, liderada como siempre por Livio, además de Jekiri y Yabusele. Después de pagar su noche espesa con los árbitros, el Madrid amagó con despegar desde un tapón de Tavares, cinco puntos seguidos de Carroll y otro triple de Causeur. Ni mucho menos se intimidó el Asvel con el Palacio caliente y se puso 51-59.
La diferencia en defensa volvía a dar renta a los visitantes, pero el acierto en el triple destacaba a los blancos antes del último parcial (67-63). Garuba convirtió un día complicado en una suma importante de acciones, en defensa y ataque, triple y mate incluidos, para que la renta fuera mayor (81-73). A tres minutos del final esa fe gala, que ganó en el Raimundo Saporta hace 17 años, comenzó a menguar y el Madrid no perdonó pese a la dificultad.
