No está el estadio Alfredo di Stéfano acostumbrado a recibir a tantos aficionados, ni siquiera a tantos periodistas, pero la ocasión lo merecería. La expectación por ver el debut de Reinier de blanco en el Castilla de Raúl era tal que hasta Florentino Pérez se pasó por el palco para presenciar el encuentro del filial en directo. Bueno, el debut del último fichaje madridista, y a Rodrygo, que tras quedarse fuera de la convocatoria del primer equipo volvió a jugar con el segundo conjunto.
Ambos, como no podía ser de otra manera, titulares ante un San Sebastián de los Reyes que visitó Valdebebas colista, pero con la intención de plantear un partido complicado a los blancos. Los madrileños, bien plantados sobre el césped, dificultaron mucho el juego fluido del Castilla, lo que provocó que la calidad de Reinier y Rodrygo tardase en verse. De hecho, antes de que ambos dos combinaran, vieron amarilla. Pero en la primera que tuvieron la liaron y los madridistas encontraron el premio.
Agonizaba la primera mitad cuando Reinier combinó con Rodrygo, que pisó línea de fondo, jugó otra vez con su compatriota y éste, de primeras y de tacón, asistió a Álvaro Fidalgo, su gran apoyo en sus primeros días como madridista, para que enviase el balón al fondo de la red. La primera conexión clara entre los dos brasileños permitió al Castilla tomar ventaja en un encuentro más complicado de lo que podría decir la clasificación.
Tras el descanso, el Sanse mantuvo el guion, aunque dio un paso al frente, lo que inquietó al Castilla y, sobre todo, a Raúl, que no dudó en apuntalar el centro del campo quitando al gran protagonista de la tarde, Reinier, y dando entrada a Ayoub. El brasileño se llevó primera gran ovación como madridista cuando llegó al banquillo del Castilla.
Cuando el partido estaba a punto de acabar, Rodrygo, ya sin Reinier, protagonizó el momento del encuentro. El brasileño encaró, anotó el segundo tanto del partido y, tras no celebrarlo en un primer momento y ser increpado por el portero del Sanse, no dudó en festejar la diana en su cara, lo que llevó al árbitro a mostrarle una segunda amarilla y el camino de los vestuarios.
Tras los minutos calientes del partido, el partido fue muriendo y el Castilla cerró una victoria muy importante que le acerca a la cuarta plaza, la que da opción a jugar la fase de ascenso a Segunda División. El equipo de Raúl sueña con todo.
