Comienza la nueva era de los Clásicos. A la espera de que llegue Mbappé, Haaland o los dos, la realidad es que en estos momentos el testigo que han dejado Cristiano Ronaldo y Messi lo recogen Vinicius Junior y Ansu Fati. Dos jugadores jóvenes, en progresión y que están llamados a ser los líderes de sus equipos durante los próximos años. Parece imposible que volvamos a vivir una rivalidad como la que nos regalaron el portugués y el argentino, pero el brasileño y el español pueden ser lo más parecido en estos momentos.
Vinicius y Ansu Fati llegan a este Clásico lanzados. Juventud, desparpajo y calidad al servicio de sus equipos. El jugador del Real Madrid se ha convertido en un futbolista indiscutible para Carlo Ancelotti en el once titular a fuerza de trabajo, calidad y goles. Las dos primeras cualidades siempre las ha tenido, pero esta temporada con el italiano también ha encontrado el temple para convertirse en un futbolista letal cuando pisa el área contraria. El mejor ejemplo se vivió el pasado martes ante Shakhtar Donetsk en Kiev. Dos tantos hizo el carioca para colaborar en la manita que endosaron los blancos a los ucranianos. El primero llegó tras una gran definición, mientras que el segundo gol fue pura magia. Se deshizo de todos los defensas que aparecieron a su paso para terminar mandado el balón al palo largo consiguiendo el que es hasta la fecha su mejor diana como jugador madridista.
En el bando contrario está un Ansu Fati que ha vuelto sentirse futbolista 10 meses después. Una lesión en la rodilla se le complicó más de lo deseado, pero tras mucho sufrimiento y trabajo ha regresado para ser el referente del equipo dirigido por Ronald Koeman. Reapareció ante el Levante haciendo gol y desde ese momento ha ido creciendo partido tras partido. Todavía no ha podido completar ninguno de los cinco partidos, pero ante el Real Madrid será titular y los azulgranas esperan que marque la diferencia.
Vinicius y Ansu Fati son el futuro, pero también el presente. Ambos aportan alegría y frescura en sus equipos. Real Madrid y Barcelona están en plena reconstrucción. Los blancos ya están superando la era post Cristiano, mientras que los azulgranas todavía intentan superar el luto sufrido tras el adiós de Messi, pero la frescura de los dos atacantes es el pistoletazo de salida para que arranque una nueva era.
