El estadio Santiago Bernabéu se prepara para volver a recibir fútbol. El feudo madridista ha entrado en su semana clave, ya que el próximo domingo tiene que estar listo para que Real Madrid y Celta jueguen el encuentro perteneciente a la cuarta jornada de Liga. 560 días después se volverá a pisar el césped de Chamartín, un verde que ya ese está colocando en el rectángulo de juego.
La empresa francesa Grass Natural está siendo la encargada de colocar los tepes que darán forma al rectángulo de juego. El verde ha llegado desde Cáceres y este mismo lunes su colocación estará completada. Desde ese momento, se trabajará a conciencia para que agarre lo mejor posible antes del duelo contra el Celta.
El resto del estadio también se prepara para acoger a los cerca de 30.000 espectadores que acudirán al estadio. Los accesos y las gradas se acondicionan para que los aficionados puedan presenciar el encuentro con la mayor normalidad posible. El palco está protegido y listo, mientras que en la tribuna de prensa se está colocando un techo que evitará que los periodistas se mojen en caso de lluvia.
Por los alrededores del estadio también se acelera la transformación. En estos momentos, las cuatro calles que rodean el Santiago Bernabéu están tomadas por las obras y los obreros, pero el próximo domingo el objetivo es que todo esté acondicionado para que los accesos sean cómodos y seguros.
A pesar de que en estos momentos parece complicado imaginar que el Santiago Bernabéu esté listo para poder acoger un partido de fútbol, la realidad es que el Real Madrid lo tiene todo perfectamente planificado. La idea antes de la pandemia era compaginar la reforma con los partidos, un escenario que se ha interrumpido durante un año y medio en el que los blancos han jugado en el estadio Alfredo di Stéfano, pero que a partir del domingo se convertirá en el día a día del club hasta el año 2023, cuando las obras se esperan que estén acabas.
