Queda menos de una semana, y el Clásico del 18 de diciembre en el Camp Nou sigue en el aire. Desde el Barcelona deslizan que no habrá problemas mayores que impidan que se juegue, pero los radicales planean hacerse notar y boicotear la fiesta del fútbol español. Los llamados CDR preparan actos de todo tipo para reivindicar la independencia de Cataluña aprovechando el gran escaparate que supone un Barça-Real Madrid, mientras que los cuerpos de seguridad del estado tratan de organizarse para garantizar el orden ese miércoles en la Ciudad Condal.
La amenaza es real. Los independentistas radicales de Tsunami, aunque públicamente no lo admitan, tratarán de boicotear el Clásico con fines políticos. En esta partida de ajedrez entra sin comerlo ni beberlo un Real Madrid que quiere garantizar la seguridad de su expedición al cien por cien. Una de las posibles medidas que hay sobre la mesa tiene que ver con el Barcelona, y es que el club azulgrana se plantea concentrarse en el mismo hotel que los blancos, en el que también podrían quedarse los árbitros del Clásico, con el objetivo de hacer un convoy de acceso único al Camp Nou el día del encuentro y evitar dispersiones.
Sería una manera efectiva de aunar la seguridad y garantizar que los equipos y los colegiados lleguen al estadio sin contratiempos. Y es que precisamente la llegada de ambos conjuntos al Camp Nou se presume como uno de los momentos más complejos por la posibilidad de que en las calles haya altercados. En cualquier caso, los radicales también podrían tratar de boicotear el Clásico una vez desde dentro del estadio. De hecho, tal y como desveló OKDIARIO, los CDR ya tienen en sus manos entre 5.000 y 6.000 entradas para el encuentro. Para evitar precisamente esos altercados en el interior del estadio se ha previsto un dispositivo de más de 800 agentes infiltrados de paisano durante la disputa del Clásico.
