La orden está dada. Aleksander Ceferin ha tardado poco o nada en tomar represalias en el terreno de juego contra el Real Madrid por la Superliga como se pudo ver en el arbitraje del colegiado belga Lawrence Visser en la derrota de los blancos ante el Sheriff. El trencilla robó dos penaltis al equipo blanco en el Bernabéu y pitó el tercero después de que el VAR le dijese que ya era un clamor no fuese a ver ese derribo.
La actuación del colegiado fue tan surrealista que incluso amonestó a un hombre tranquilo como Carlo Ancelotti e ignoró todos los derribos que se produjeron en las inmediaciones del área sobre Vinicius etiquetándole de piscinero. El brasileño fue el protagonista de todas las jugadas polémicas y quizá por eso Lawrence Visser no dudó en satisfacer a su amo con sus decisiones.
El Real Madrid reclamó penalti por mano de Constanza en la jugada posterior al gol de Yakhshiboev. El colegiado vio cómo el defensa del Sheriff bloqueó con su mano un centro del brasileño, pero decidió interpretar que la posición del cuerpo era involuntaria, pese al escorzo del defensa para detener el balón.
Lawrence Visser, lejos de mejorar en la segunda mitad, empeoró todavía más su actuación. Con el Real Madrid totalmente volcado, el árbitro le birló a Vinicius Jr. un gol cantado después de que Constanza le derribase por detrás en otra acción clara de penalti al impactar la bota del defensa con el delantero en el momento del remate.
Dos minutos después, con el Bernabéu al borde de la invasión de campo, Vinicius volvió a ser derribado dentro del área en un sandwich donde Addo arrolló con la pierna y la cadera al brasileño. Por tercera ocasión, el árbitro belga negaba que fuese penalti a favor de los blancos, pero el VAR –ya por vergüenza– llamó a filas a Visser para que revisase un penalti clarísimo.
El Madrid ya sabe que Ceferin ha dado la orden para que ante la duda siempre piten en contra de los blancos. El Sheriff recibió el favor arbitral en su visita al Bernabéu y nadie duda de que todo está relacionado con factores externos a la calidad del arbitraje de la UEFA. La Superliga escuece y no se olvida.
