El 0-0 entre Real Madrid y Barcelona en este último Clásico dejó sensaciones más que positivas en los blancos, no tanto en los azulgranas, pese a que el botín que se acabaron llevando ambos fue el mismo. Fueron sensaciones basadas en el juego, en la superioridad y control que mostraron los de Zinedine Zidane sobre el tapete del Camp Nou. El VAR fue el único que impidió que el resultado no fuera otro.
Las sensaciones que dejó el Clásico no quedó solo en eso, en sensaciones, sino que también trascendió en lo numérico, en lo meramente empírico. El Madrid fue mejor, se vio durante los 90 minutos en ocasiones e intencionalidad, algo que justifican las estadísticas. Los blancos salieron arrolladores y supieron encontrar con manifiesta facilidad el área de Ter Stegen, más exigido de lo que acostumbra el alemán.
El gol en el Camp Nou no llegaría, pero no sería porque no lo intentaran. El Real Madrid acabó el Clásico con el casi doble de disparos (17) que el Barça (9), el doble exacto en cuanto a tiros entre los tres palos: dos culés y cuatro merengues. El resto se repartió entre la mala puntería (3 disparos fuera blaugrana y 7 blancos) y el buen hacer de la defensa (4-6 rechaces). Ter Stegen tuvo que atrapar la pelota en tres ocasiones, una vez sólo Courtois.
La estadística reflejó que el balón en el Clásico fue del Barcelona por muy poco (52-48%) pese a que la sensación en directo reflejó un control más destacado para el Madrid, algo que refleja que los blancos supieron qué hacer con la posesión cada vez que la tuvieron en su poder la bola: el mediocentro local (De Jong, Sergi Roberto y Rakitic) naufragó ante el merengue (Casemiro, Valverde y Kroos).
El Real Madrid encimó, vivió mucho tiempo en el campo del Barcelona y generó mucho peligro con disparos, algo que también se reflejó en los saques de esquina. El equipo blanco triplicó (6) a los culés (2) en los intentos desde el córner. De hecho, de uno de ellos llegó la polémica arbitral que indigna al club blanco, con los dos penaltis no pitados a Varane, uno de Rakitic y otro de Lenglet.
