Las derrotas ante el Leganés y el Shakhtar marcaron las dos etapas de 'Zizou'

Las dos noches de los cuchillos largos de Zidane en el Real Madrid

La historia de Zidane como entrenador del Real Madrid ha estado marcada por dos noches donde decidió que se iba a ir

La primera vez fue tras caer eliminado ante el Leganés en 2018. La segunda, tras perder en Champions contra el Shakhtar

Oficial: Zidane deja de ser entrenador del Real Madrid

Zidane
Zidane, durante un partido. (AFP)

Dos noches. Dos momentos que han marcado la trayectoria de Zidane como entrenador del Real Madrid. La primera fue el 24 de enero de 2018 tras la eliminación del equipo blanco en la Copa del Rey a manos del Leganés. La segunda, después de perder contra el Shakhtar Donetsk en la quinta jornada de la fase de grupos de la última edición de la Champions League. Esos dos partidos, por diferentes motivos, provocaron las dos marchas del francés del conjunto blanco.

Zinedine Zidane dejó de ser entrenador del Real Madrid por primera vez un sorprendente 31 de mayo de 2018. Con la Decimotercera recién conquistada en Kiev, el galo llamó a Florentino Pérez para comunicarle su decisión de no seguir dirigiendo al equipo. La noticia cayó como un jarro de agua fría dentro del club blanco. El hombre que había sido capaz de llevar a una plantilla de leyenda a ganar la Champions durante tres temporadas consecutivas se iba. Aunque la realidad es que Zizou aquella mañana de primavera sólo confirmó lo que llevaba barruntando durante varios meses.

La idea de dejar el Real Madrid a Zidane se le pasó por primera vez por la cabeza un frío 24 de enero. Después de ver cómo el Leganés remontaba la eliminatoria de cuartos de final de la Copa del Rey en el Bernabéu a un conjunto que daba señales de agotamiento el francés estuvo muy cerca de precipitar su adiós. Su rostro en aquella rueda de prensa posterior al encuentro advertía que Zizou estaba muy tocado, hasta el punto de que llegó a decir a Florentino Pérez y José Ángel Sánchez que no se sentía con fuerzas para continuar comandando la nave blanca.

Por suerte para el club, presidente y director general fueron capaces de hacerle cambiar de opinión y convencerle para seguir y terminar una temporada que acabó a lo grande con la conquista de un nuevo entorchado continental. El francés motivó al equipo para rendir en los últimos siete partidos de Champions, pero él sabía que poco más podía sacar de esa plantilla.

La noche de Kiev

Zidane regresó medio año después de haberse ido. Aquella plantilla que firmó una noche para olvidar ante el Leganés seguía a la deriva. Ni Lopetegui ni Solari fueron capaces de reconducir a un equipo que se asomaba al abismo. El francés regresó y al año siguiente ganó la Liga del coronavirus con un equipo muy parecido, aunque más débil, que aquel que dejó al creer que ya no podía sacar más de ellos. Con la Liga en el bolsillo y sin tiempo para descansar, comenzó la nueva temporada.

Un año muy complicado donde el equipo alternó grandes rachas con momentos de bajón. Especialmente el que vivió el 1 de diciembre en Kiev. El Real Madrid viajó a Ucrania para medirse al Shakhtar con la posibilidad de certificar su presencia en los octavos de final de la Champions tras una fase de grupos llena de altibajos, pero el equipo, lejos de ganar, terminó perdiendo 2-0 aquella noche, lo que dejó a los blancos terceros y con la obligación de ganar al Inter en la última jornada para no caer por primera vez en su historia en la fase de grupos de la máxima competición continental. Unas semanas después vencieron a los italianos y terminaron primeros, pero el daño ya estaba hecho.

Aquella noche se filtró la posibilidad de que Zidane podía dejar de ser entrenador del Real Madrid. No era la primera vez que esto sucedía, pero sí la vez que con más rotundidad se escribía que la entidad madridista se planteaba destituirle. Esto no gustó a un entrenador que se dejó su eterna sonrisa en Kiev. Desde ese momento, por Valdebebas se veía a un Zizou triste y cansado, que peleó hasta el final por unos jugadores que sí estaban con él y que ahora ha decidido volver a dar un paso al lado.

Zidane se va del Real Madrid con la sensación de que no se le ha protegido lo suficiente. Al francés le ha desgastado mucho cómo los medios de comunicación han dudado de sus jugadores y de él. El ejemplo perfecto es la rueda de prensa que ofreció en la previa al partido contra el Huesca, donde pidió respeto para una plantilla que era campeona de Liga y que peleó hasta el último minuto para volver a ganar el campeonato.

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