A Eden Hazard aún le quedaba algo de crédito, un hueco escaso después de casi dos años de lesiones y decepciones desde su fichaje por el Real Madrid. La indiscutible calidad del atacante belga dejaba un resquicio para la esperanza teniendo en cuenta incluso una nueva actuación por debajo de su nivel frente al Chelsea, pero sus risitas al final del partido con algunos de sus ex compañeros fueron la gota que colmó el vaso. Ya no hay dudas, Hazard está en el mercado.
El belga no estuvo ante el Chelsea, en una nueva oportunidad concedida por su principal valedor, Zinedine Zidane, que ha confiado hasta la extenuación en el jugador pese a que este no estuviera en su mejor forma. Hazard dejó un detalle en los primeros minutos en forma de giro para sentar a Jorginho, pero desde ahí no se le volvió a ver, arrollado por el ritmo de juego de un Chelsea que no le dejó un metro para recibir. Eden tampoco lo buscó, apático en los desmarques y sin confianza para driblar, aunque aguantó hasta el minuto 89, cuando Zizou le reemplazó por Mariano en busca de un gol a la desesperada.
Sin embargo, fue el pitido final el que desencadenó el probable punto y final del crédito de Hazard en el Real Madrid. Con sus compañeros desolados por la derrota y extenuados debido al esfuerzo físico, Eden sí se mostró fresco para acercarse a charlar con sus compañeros del Chelsea, con los que incluso intercambió risas en una conversación distendida, impropia de un futbolista que acaba de ser eliminado de la Champions League.
En el Real Madrid venían valorando ya, durante la temporada, la opción de intentar colocar a Hazard y así sacar algo de compensación económica por su venta, toda vez que su mejor edad para rendir se acaba sin llegar al punto pleno de forma, debido a las lesiones. Entre las oportunidades se barajaba una venta al mejor postor o incluirlo en alguna operación costosa como moneda de cambio, con Kylian Mbappé como ejemplo más claro.
Se libra de «la pitada del siglo»
En la cúpula del club creen que Hazard se ha salvado de un importante rapapolvo por parte de la afición, debido a la ausencia de público. «Le caería la pitada del siglo», consideran , muy molestos con la actitud del jugador después de la infinita paciencia que el Madrid ha tenido con él en estas dos temporadas, en las que se ha quedado casi en blanco por las lesiones y ni se ha acercado siquiera a las expectativas que brotaron con su llegada.
Hazard, además de ser ya veterano y sin margen de mejora en lo futbolístico –sí, obviamente, en lo físico–, es el jugador con la ficha más alta de la plantilla, un status que no es acorde a su rendimiento y por el cual en el Madrid también se inclinan por una salida en el mercado de verano. Su juego no es el deseado, en el club quieren reconstruir la línea de ataque y el divorcio con la afición parece definitivo. Blanco y en botella. Hazard se acerca a sus últimos días en el Real Madrid… siempre que se le encuentre destino.
