Liga Santander: Huesca - Real Madrid

Varane se viste de Ramos

Varane se viste de Ramos

Varane se puso el traje de Sergio Ramos y fue el héroe que salvó al Real Madrid de la que habría sido una sonrojante derrota ante el Huesca. Un doblete del central francés sirvió para remontar el gol de Galán y dar un poco de aire en la Liga al equipo de Zidane que, por mucho que se enfade, sufre para ganar a cualquiera. Incluso al colista.

Zidane llegaba a Huesca enfadado y con lo puesto. No tenía gente ni para rotar. La pandemia de bajas que asola al vestuario del Real Madrid no es excusa para el pésimo rendimiento del equipo, pero sirve de coartada. Resignación es la palabra de moda en el madridismo… después de obras y Mbappé. El caso es que el equipo blanco afrontaba otro capítulo más de su particular travesía del desierto liguera ante un colista sin nada que perder.

Los once jugadores del Real Madrid que saltaban al césped del Alcoraz tenían el puesto más asegurado que la niñera de Irene Montero. Es que no había más de donde rascar. Marcelo y Mariano eran los únicos suplentes de la primera plantilla de los que disponía Zidane ante el Huesca. Jugaban, por no enrollarme más, los siguentes muchachos: Courtois; Odriozola, Varane, Nacho, Mendy; Casemiro, Kroos, Modric; Asensio, Vinicius y Benzema. Pues ni tan mal.

El Real Madrid salió al trantrán y el Huesca a morir matando. La presión alta del equipo de Pacheta asfixiaba la salida de balón de los blancos. Un par de llegadas de Seoane y Okazaki fueron los primeros avisos del equipo local, comandado por un Rafa Mir desatado. Que la tuvo en el minuto 4 con una peligrosa incursión dentro del área culminada con un tiro que lamió la red por fuera.

El partido era del Huesca con un Real Madrid muy in: intrascendente, inoperante e impotente. Vinicius dio noticias de su presencia en el partido al filo del minuto diez. Un par de regates en el área concluidos con un final poco feliz como suele ocurrirle al brasileño. La historia de su vida, vamos.

El Huesca sale mandón

Una carrera de Vinicius en la que controló con la pierna que no tocaba fue el segundo aviso de que el Real Madrid había comparecido en el Alcoraz. Pero sin asediar, no se vayan a creer. El Huesca perdió gas en su presión y los blancos impusieron su talento, que se tradujo en un dominio cómodo para ambos equipos, dominador y dominado.

Otra vez Vinicius protagonizó una ocasión para el Real Madrid finalizada con una vaselina defectuosa. Insistían los de Zidane pero les faltaba talento para culminar las jugadas con acierto. Llegaba Odriozola, mal. Llegaba Asensio, mal. Llegaba Vinicius, peor.

Estábamos ya frisando la media hora de juego y resistía el Huesca, cada vez más aculado en su propio área. Un disparo envenenado de Benzema lo repelió con pulso firme Álvaro Fernández. No llegó al rechace Asensio. El Real Madrid llamaba (flojito) a las puertas del gol. Vinicius era demasiado protagonista como para que los planes salieran bien.

El Madrid inclina el partido

Y así, con más pena que gloria, acabamos alcanzando el descanso con un empate a cero triste y ramplón. El primer tiempo podría ser definido, como diría Jesulín, en dos palabras: para olvidar. En la reanudación Mikel Rico pudo marcar el gol del siglo con un toquecito a bote pronto que sorprendió a Courtois y se estrelló contra el travesaño.

Fue un aviso del Huesca que, a la segunda, no perdonó. Fue una contra de Okazaki que aprovechó el latifundio a la espalda de Mendy y de Nacho. Cruzó la pelota al otro costado donde apareció Galán para controlar la pelota y sacarse una volea que se coló por la escuadra de Courtois. El belga voló en vano. Zidane cabeceaba mientras su equipo seguía hundido.

Otro travesaño de Rafa Mir impidió el 2-0 en una horripilante salida del Real Madrid tras el descanso. Poco a poco reaccionaron los de Zidane. Benzema dispuso de una falta directa que ejecutó con maestría. Puede ser la primera que tira en una década en el Madrid. Su tiro se estrelló contra el larguero y dejó un rechace aéreo que aprovechó Varane casi bajo los palos.

El 1-1 dio alas a un Real Madrid menor pero que al menos le ponía mucho interés. Asensio tomó los mandos del partido con una jugada en la que cosió la pelota a su pierna izquierda pero un jugador del Huesca se cruzó en su camino hacia el gol. Hasta Mendy se animó a remontar la banda izquierda aunque sus centros eran menos certeros que las bombas de la marca ACME que usaba el Coyote.

El duelo enloquece

Respondió el Huesca con un cabezazo maravilloso de Rafa Mir que fue despejado con una mano salvadora del mejor jugador del Real Madrid que se llama Courtois y que no juega con los pies.

Pasaron cosas. Se lesionó Odriozola y le suplió Marcelo. Mendy pasó a la derecha. Jesutito de mi vida. Benzema tuvo en sus botas el 1-2 en el 65 tras una triple pared con Modric, Asensio y Vinicius. La echó fuera. Zidane se estresaba en la banda. Su equipo lo intentaba pero no podía.

Benzema se disfrazó de Higuaín para fallar un gol cantado y pegarle un pelotazo a Álvaro. Zidane metió a Marvin por Mendy y a Mariano por Vinicius. Es lo que hay. Otra vez Álvaro en el 8o evitó el gol de Benzema en un vuelo acrobático que abortó la volea del francés.

Al Madrid se le agotaba el tiempo hasta que en el 83 apareció otra vez Varane para aprovechar un rechace de Álvaro tras el cabezazo de Casemiro. El Real Madrid remontaba al Huesca casi in extremis. Pasaron los minutos finales y resistieron los de Zidane para demostrar que a este equipo le cuesta ganar a cualquiera, ya sea uno de los equipos punteros o el colista de la Liga.

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