La Fábrica no entiende de confinamientos. Sus campos ahora están vacíos de fútbol. Huérfanos de jóvenes promesas que pisen el verde con el sueño de llegar algún día al Santiago Bernabéu. Pero la factoría de Valdebebas sigue dando talentos que los técnicos de la cantera del Real Madrid pulen y cuidan con la intención de que en un futuro puedan nutrir al primer equipo. Este es el caso de Miguel Gutiérrez (Madrid, 2001), una de las grandes promesas que tiene el club blanco.
A sus 19 años, el madrileño es para muchos dentro del Real Madrid el jugador que tiene más potencial de la cantera para aterrizar en el primer equipo en un futuro no muy lejano. Su calidad y profesionalidad le convierten en un futbolista para tener en cuenta. De hecho, se ha convertido en uno de los canteranos preferidos de Zidane. Con todo lo que eso significa. Cuando Zizou pone sus ojos sobre un jugador no se suele equivocar y, lo que es más importante, le suele dar muchas oportunidades para que pueda demostrar todo lo que lleva dentro.
Miguel no ha debutado todavía con el Castilla, pero sí lo ha hecho con el primer equipo. De hecho, no entrena a las órdenes de Raúl, pero Zidane siempre que necesita algún refuerzo defensivo de las categorías inferiores para una sesión no duda: “Que suba Miguel”. El francés es muy cercano al canterano, al que cuida y protege para que siga con su progresión. Esta temporada ha jugado en el Juvenil A, la próxima en el Castilla de Raúl y luego el futuro lo dirá.
Lo que está claro es que el Real Madrid no está dispuesto a desprenderse de él, por ello le ha renovado hasta 2024, acabando con cualquier posibilidad de escuchar alguna de las ofertas que tiene, y Miguel, que tiene una promesa que cumplir, tiene muy claro que peleará hasta el final para triunfar de blanco. Por ello no dudó en rechazar la tentadora oferta de Mourinho para llevárselo al Manchester United hace un par de temporadas.
“Abuelo, triunfaré en el Real Madrid”
Miguel le prometió a su abuelo que iba a vestir de blanco. El hombre que siempre le acompañó y que ahora le ve desde “ahí arriba”, tal y como escribió el jugador tras debutar con el primer equipo el pasado verano en la Audi Cup ante el Fenerbahce, convirtiéndose en el primer canterano del siglo XXI en vestir la camiseta del 13 veces campeón de Europa. Aquel día, donde sorprendió a todos por su desparpajo y tranquilidad, comenzó a cumplir esa promesa, aunque todavía le queda un largo camino por delante. Los que mejor le conocen aseguran que “su sueño no era debutar, su sueño es convertirse en el lateral izquierdo del Real Madrid”.
El canterano llamó la atención aquella tarde de agosto en el Allianz Arena. Arropado por todos, especialmente por Nacho, que le pedía que hiciera todo con decisión, dejó grandes detalles de su enorme calidad. Zidane le dio algo menos de media hora, pero fue suficiente. Miguel llegó a aquel encuentro justo después de ganar el Europeo Sub-19 con España, donde recibió una llamada que lo cambió todo: “Se ha lesionado Mendy. El lunes entrenas con Zidane y si le convences viajas”. Con ese “toque de genio que hace que en situaciones extraña no se ponga nervioso”, tal y como asegura su entorno, asimiló la noticia y convenció a Zizou. Se quedó sin vacaciones, pero mereció la pena.
Sucesor de Marcelo
En el Real Madrid le ven como el sucesor natural de Marcelo. El hombre llamado a ocupar el lateral izquierdo junto con Mendy cuando el segundo capitán blanco decida dar un paso al lado. Dentro del club están convencidos que tiene condiciones para triunfar en el primer equipo por calidad y valores, esos que siempre se demandan de un canterano blanco.
Es un joven con ADN Real Madrid. Equilibrado y estable. Consciente que para triunfar de blanco necesita una dedicación extrema. “No sale de fiesta, es un gran estudiante, respeta sus horarios, tiene hábitos muy sanos y es muy profesional”, comentan a OKDIARIO personas que le conocen muy bien. También destacan “su competitividad, su ambicioso y su inconformismo”. Algo que no está reñido con un excelente comportamiento tanto con sus entrenadores como con sus compañeros. “Nunca le verás un mal gesto con nadie”.
Un matrimonio perfecto
Los que frecuentan Valdebebas entienden a la perfección lo que significa cuando alguien dice “este es un jugador para el Real Madrid”. Una expresión que se utiliza sólo con elegidos y que engloba muchas cosas. Para vestir la camiseta blanca hay que ser un gran futbolista, de los mejores, y tener unos valores muy marcados. Más si cabe cuando sales de la cantera.
Miguel reúne muchos de estos requisitos. Disfruta lo que ha conseguido una semana y a la siguiente quiere más, pero siempre con respeto y educación. Con un perfil bajo. Sin excentricidades. Sin coches de lujo. Y apoyándose en su familia, a la que no duda de darle todo lo que gana para que ellos lo gestionen, y en los amigos de toda la viva. En definitiva, el Real Madrid y Miguel son un matrimonio perfecto con un gran porvenir por delante.
