La Felizidane ya es historia en el Real Madrid. Zinedine Zidane lo ha vuelto a hacer y ha decidido no cumplir su último año de contrato y dejar el banquillo blanco (11 títulos después) tras una temporada tremendamente exigente que ha agotado toda su energía.
Lo que el vestuario y el club llevaban percibiendo varios meses ya es una realidad. Zidane es historia, una historia brillante, del club blanco. Acaba su segunda etapa y puede que no sea un adiós, sino un hasta luego.
Pero hasta llegar a esta decisión Zidane ha vivido dos años y medio, especialmente el último, tremendamente complicados que han podido con él. En marzo de 2020 el coronavirus paró nuestras vidas, fútbol incluido. El deporte rey volvió en junio y el Real Madrid terminó ganando aquella Liga, pero casi sin tiempo para desconectar comenzó el curso que acaba de concluir. Sin pretemporada, sin fichajes y con todos los jugadores muy cansados arrancó una nueva temporada donde la exigencia ha sido máxima.
Más lesiones que partidos
El Real Madrid ha tenido más lesiones que partidos. Los blancos han superado las 60 bajas por enfermedad (contagios por coronavirus incluidos) en los 52 encuentros oficiales que han tenido que afrontar durante todo el año.
Esta circunstancia ha mermado mucho a un equipo que llegó a juguetear con la eliminación en Champions en el mes de diciembre, que no estuvo a la altura en la Supercopa de España, que hizo el ridículo en la Copa del Rey, pero que tiró de escudo para alcanzar las semifinales de la máxima competición continental, donde el Chelsea fue muy superior, y pelear la Liga hasta la última jornada. De agosto a mayo han pasado 10 meses de máxima exigencia que han obligado a Zidane a pedir un descanso.
Una limpia difícil de afrontar
Por Valdebebas durante esta temporada se ha visto a un Zidane muy cansado, lo que hacía pensar que finalmente iba a tomar una decisión que ya es una realidad. La misma sensación se percibía en un vestuario que estaba a muerte con el francés, pero que entiende que el desgaste ha sido demasiado. El club, encabezado por su presidente, siempre estará a su lado y le ha hecho saber que el Real Madrid es su casa.
Zidane tampoco se siente con fuerzas para afrontar una limpia dentro del vestuario. El club prepara una pequeña revolución donde futbolistas como Marcelo o Isco tendrán que salir, algo que el francés entiende, aunque le costaría echar a unos jugadores que le han dado todo. La posible marcha de Varane o los problemas que está teniendo Sergio Ramos para renovar tampoco le han gustado.
Desgaste con la prensa
El desgaste con los medios de comunicación también ha empujado a Zidane a dar este paso. El francés no se siente cómodo ofreciendo una media de cuatro ruedas de prensa por semana. Durante estos meses se ha visto cómo la sonrisa que le acompañaba tiempo atrás ha desparecido hasta el punto de que se han llegado a vivir momentos de tensión durante alguna rueda de prensa. Esta circunstancia también ha cansado al francés y le ha ayudado a tomar esta decisión. No ha sentido toda la protección del club.
