La marcha de Martin Ödegaard confirma la dificultad con la que cuentan los centrocampistas que fichan por el Real Madrid para abrirse un hueco en el equipo. El noruego no ha estado a la altura de lo esperado, condicionado en exceso por las lesiones, lo que le ha llevado a disfrutar de pocos minutos a lo largo de su primera temporada en el primer equipo. Zidane no le ha dado continuidad, lo que le ha llevado a pedir salir y terminar haciendo las maletas para enrolarse en el Arsenal hasta junio. Una salida precipitada e inesperada pero que no hace más que confirmar la fuerza que tiene el tridente de la medular en el equipo.
Si hay algo que ha mantenido claro Zidane durante sus años en el banquillo madridista, es la confianza ciega en sus tres tenores en el centro del campo. Casemiro, Luka Modric y Toni Kroos llevan más de un lustro rindiendo al máximo bajo las órdenes del galo, lo que dificulta, y mucho, la aparición de cualquier otra opción.
Durante este tiempo, no han sido pocas las opciones que ha barajado el Real Madrid para relevar a su mediocampo titular. Pero, de ellas, ninguna ha conseguido convencer a Zidane. El técnico ha ido optando en mayor o medida por las posibilidades de las que ha dispuesto, aunque únicamente Valverde e Isco son los jugadores que han conseguido permanecer en el equipo y, en ocasiones, hacerse con la titularidad de forma continua.
Una salida inesperada
Ödegaard es el sexto centrocampista del Real Madrid que, bajo el mando de Zidane, abandona el equipo en busca de minutos. El noruego ha tomado la determinación de marcharse ante la falta de oportunidades de las que ha dispuesto en la primera mitad de la temporada. En el Arsenal buscará volver a recuperar las sensaciones del pasado, de cara a su retorno una vez concluya el curso, a la espera de asentarse definitivamente como un hombre importante para las aspiraciones del conjunto blanco.
Su cesión al equipo de la Premier League se da después de su petición de salir. Después de jugar únicamente cinco minutos en los dos últimos meses, el noruego a decidido poner un paréntesis en su carrera como jugador del Real Madrid. Una decisión sorprendente, pero a la vez comprensible, al tratarse de un jugador con una calidad ya contrastada y con un futuro más que prometedor por delante.
Sexto descarte para el centro del campo con Zidane
Pero no es el único futbolista que, en los últimos años, ha llegado al club con garantías de ser un recurso más que aprovechable para el técnico y que finalmente acaba saliendo. De hecho, con Zidane, la espantada de los llamados a tomar las riendas del juego del equipo en los próximos años se está convirtiendo en una constante.
Hasta la fecha, son seis los jugadores que han tenido que marcharse ante la falta de oportunidades para abrirse paso en el centro del campo. La presencia de los tres intocables en el centro del campo adquiere un peso de tal importancia que imposibilita oportunidades para casi cualquier candidato. No es fácil hacer olvidar a Casemiro, Modric o Kroos, como se ha demostrado en los últimos años y menos aún para Zidane. El técnico siempre ha mostrado debilidad por los jugadores con los que alcanzó la cima de Europa y, en el caso del tridente, aún continúan ganándose sobre el césped esa condición.
James Rodríguez, Marcos Llorente, Dani Ceballos, Brahim Díaz y Óscar Rodríguez han sido descartados por el técnico para ocupar esas posiciones. Diferentes jugadores, en distintas demarcaciones de la medular, pero con algo en común: han abandonado el club ante la imposibilidad de acabar con el reinado de los tres integrantes de la sala de máquinas. A ellos se suma también Mateo Kovacic, que se fue cedido al Chelsea con una opción a compra que finalmente los blues ejercieron. Aunque la salida del croata se produjo en el verano de transición en el que Zidane había presentado su dimisión.
Isco y Valverde, única competencia
Sólo dos jugadores en las casi cinco temporadas de Zizou en el banquillo han sido capaces de aguantar el tirón y discutir al centro del campo titular. Se trata de Isco y Fede Valverde. Aunque en los últimos meses aparecen de nuevo como claros actores de reparto dentro de la plantilla, al igual que el resto de miembros del equipo que no son titulares habituales, sí que han contado con oportunidades de sobra y con continuidad en distintos momentos de sus carreras en el conjunto blanco.
Isco no llegó a sentar a ninguno de los tres, pero sí que se convirtió en un apoyo para ellos partiendo desde el once. Durante gran parte de las temporadas 15-16, 16-17 y 17-18, el malagueño consiguió convertirse en capital para los planes de Zidane, siendo fundamental en la consecución de las tres Champions y la Liga conseguidas en esas tres campañas. Ahora volverá a tener la oportunidad de acercarse a un nivel similar, al quedarse sin competencia como cuarto centrocampista; sin embargo, parece complicado que su rendimiento se asemeje al de entonces.
El otro jugador capaz de poner en duda al tridente ha sido Valverde. El uruguayo explotó el pasado curso, en un momento en el que Zidane estaba -como ahora- discutido. El técnico probó con meter al charrúa en el once y fue haciéndose un hueco hasta el punto de ser un fijo y hacer rotar al resto. De hecho, se convirtió en el jugador más valioso de la plantilla. Esta temporada, Zidane optó por él como titular en varios partidos importantes -como en el Clásico- en lugar de Modric, pero las lesiones y el despertar del croata le han devuelto al banquillo.
