El Real Madrid ha hecho oficial la renovación de Luka Modric. El croata ha ampliado su vinculación con el club blanco hasta el 30 de junio de 2022. Su temporada ha sido sobresaliente, convirtiéndose en uno de los jugadores más importantes de la plantilla del equipo dirigido por Zinedine Zidane junto a Kroos, Benzema y Courtois. Su gran rendimiento le ha valido para que la entidad madridista decida ampliar su contrato.
Florentino Pérez confirmó la noticia el pasado mes de abril durante el anuncio de la Superliga. El máximo mandatario blanco aseguró que con el croata ya habían llegado a un acuerdo después de que aceptase una rebaja salarial. Por lo tanto, el croata, que a sus 35 años será el líder de su selección en la próxima Eurocopa, se ha ganado el jugar como mínimo un año más en el equipo blanco.
Su renovación está más que justificada y, aunque llega a última hora, se ha confirmado. Modric vive con 35 años una nueva juventud en el Real Madrid y el conjunto blanco le ha sabido recompensar. La directiva no ha podido negarse ante la evidencia. Ha demostrado que a este nivel -próximo a su mejor versión- no hay jugador capaz de sustituirle ni en el mercado ni en la propia plantilla.
La situación contractual del jugador, que finalizaba el 30 de junio de 2021, le dejaba en disposición de poder negociar libremente su fichaje por otro club para la próxima temporada a partir del 1 de enero. Un hecho que finalmente no se dará. Al final la operación se ha resuelto de la manera más satisfactoria para ambas partes. Modric ha conseguido dar un giro a su futuro y se ha ganado sobre el césped continuar hasta 2022.
Su último baile esperará
El rol al que había quedado relegado Modric en el primer tramo de la temporada hacía presagiar que su etapa en el Real Madrid estaba a meses de terminar. De ser un jugador fundamental durante sus ocho temporadas como madridista, en esta novena se había convertido en el jugador número 12 de Zidane. Además de que su físico parecía no estar para aguantar los 90 minutos sobre el césped, el técnico optaba por darle un papel revulsivo en los minutos finales de los grandes enfrentamientos, como se vio ante el Barcelona o en los primeros enfrentamientos ante Inter o Gladbach.
A pesar de haber perdido parte del protagonismo al que estaba acostumbrado, su peso en el juego del equipo seguía siendo fundamental. Modric continuaba siendo diferencial aún entrando en el tramo final de los encuentros, marcando en todo momento el ritmo de los partidos. Fue así hasta que los blancos quedaron en una situación límite. Entonces, y aprovechando la lesión de Valverde, resurgió y se reivindicó.
El equipo necesitaba del mejor Modric y el croata respondió. A raíz de la lesión del uruguayo volvió a formar parte de los planes de Zidane de inicio, rindiendo a un nivel impropio de un jugador tan veterano. La carga de partidos y el poco descanso entre ellos no han sido un problema para el centrocampista del conjunto madridista, que ha terminado siendo fundamental en el tramo final de Liga y en todas las eliminatorias de la Champions.
