El derbi valía mucho más que tres puntos. Y mucho más que seis. Zidane lo sabía y los jugadores del Real Madrid también. Una victoria del Atlético en Valdebebas habría puesto el punto y final a la Liga de forma demasiado prematura, abrupta y dolorosa. Con el Barcelona en su propio proceso de autocombustión el madrid no podía permitirse el lujo de dimitir tan pronto. No lo hizo y el triunfo (repaso incluido) de los blancos en el derbi no sólo aprieta la Liga sino que insufla confianza a una plantilla denostada quizá antes de tiempo.
Ganó el Real Madrid y ganó bien el derbi. Los adjetivos que antes eran lanzas ahora son floridos y generosos. Pero la plantilla de Zidane pone pie en pared. «Ni antes éramos unos paquetes ni ahora somos unos máquinas», dice uno de los veteranos, que ha visto muchas veces la película en la que los jugadores del equipo blanco pasan de ser villanos a héroes en 90 minutos.
Los jugadores son conscientes de que no han dado el nivel exigido en varios partidos tanto en Liga como en Champions. Las tres derrotas domésticas ante rivales asequibles (Cádiz, Valencia y Alavés) y los dos sopapos ante el Shakhtar en la Champions provocaron que el mismísimo Zidane se tambaleara. Y si un entrenador que ha logrado tres Champions consecutivas con el Real Madrid se tambalea, es que la crisis es grave… o amenaza con serlo.
«Toca remangarse»
Pero la plantilla del Real Madrid reaccionó justo a tiempo. Como en la oscarizada película de Garci, Zidane optó por volver a empezar. Reconstruir al equipo desde los cimientos, de atrás hacia adelante. La solidez defensiva que fue una de las claves de la Liga post-Covid era imperativa para un Real Madrid carente de gol desde que se marchó Cristiano Ronaldo.
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— okdiario.com (@okdiario) December 12, 2020
El equipo supo lamerse las heridas y reiniciarse en Sevilla. Victoria en el Pizjuán y ánimos renovados para la Champions. Después, nuevo triunfo ante el Moenchengladbach en un partido en el que el Real Madrid se puso el traje de la Champions y se quedó encantado. Luego el derbi, donde los de Zidane bajaron los humos a un Atlético que había llegado a Valdebebas sacando pecho.
Ahora la plantilla del Real Madrid prefiere frenar la euforia. Los jugadores de Zidane son conscientes de que la temporada «va a ser muy larga, con muchos vaivenes y con crisis para todos», pero saben cuál es el camino para que el equipo sea competitivo: «Presionar, trabajar, correr como los rivales. Si igualamos la intensidad del contrario, será difícil que nos ganen». Lo dicho, el Real Madrid sabe que para ganar, o al menos intentarlo, toca remangarse.
