El Real Madrid mantiene la mejor racha de la Euroliga. Seis victorias en los últimos seis choques hablan de la reacción de los pupilos de Pablo Laso en su competición fetiche. El Zenit de San Petersburgo fue la última víctima de los blancos en una visita que a priori se suele atragantar a los favoritos, pero de la que los blancos salieron con mucha entereza.
Liderados por Campazzo y Tavares, los madridistas establecieron sus primeras ventajas en el primer cuarto y no volvieron a mirar atrás ante unos rusos que contaban en sus filas con muchos viejos conocidos de la ACB. El que más ganas tuvo fue un Gustavo Ayón que sostuvo a su equipo en la primera mitad con 10 tantos.
Pero el Madrid no iba a permitir ninguna concesión al equipo local. A la salida de los vestuarios, los pupilos de Laso salieron con una mentalidad más agresiva en defensa y lograron un parcial de 0-13 en los cuatro primeros minutos. La ventaja se disparó hasta los 20 puntos, mientras Joan Plaza no sabía a quien sacar de su banquillo para detener la sangría.
El ex entrenador del Real Madrid no tenía que escarbar mucho. Sólo tenía que mirar la cara de Gustavo Ayón para darse cuenta de que el mexicano se encontraba más motivado que nunca tras su salida el pasado verano del equipo de Laso. Los rusos, en un alarde físico, subieron las líneas defensivas al máximo rozando la falta en cada acción y reduciendo su déficit a siete puntos al final del tercer periodo.
Rudy Fernández, sin embargo, no había dicho su última palabra ni mucho menos. Un triple suyo sobre la bocina dejaba al Madrid con una decena de puntos de ventaja entrando en el último periodo. Le vino bien esa renta a los de Laso, que estuvieron sin anotar durante cinco minutos en el cuarto final para permitir ponerse a los rusos a cinco.
El Madrid reaccionó por medio de un espectacular Deck y un Tavares que con dos tapones redondeó una buena actuación del equipo de Laso, que es uno de los equipos más en forma de la Euroliga.
