El marcaje que le hizo Mateo Kovacic a Leo Messi en la Supercopa de España de 2017 forma parte de la historia de los Clásicos. En aquella final, disputada a doble partido, el Real Madrid barrió al Barcelona y mucha culpa la tuvo el croata, que no dejó moverse al argentino. Sin duda, su gran momento como madridista. Varios años después, ese papel lo tendrá que asumir Fede Valverde. El uruguayo deberá ser el hombre que seque al ‘10’ durante los 90 minutos que dure el duelo que medirá a los dos transatlánticos del fútbol español en el Santiago Bernabéu.
Zidane suele apostar por el marcaje individual sobre Messi, principal amenaza de un Barcelona que aterrizará en Chamartín mermado por las lesiones, aunque con Jordi Alba de vuelta y con la baza del argentino, capaz de decidir cualquier partido con su calidad. Por ello, como hizo el galo en aquella ocasión con Kovacic con un resultado excelente y como intentó repetir meses después en Liga con un éxito menor, será El Pajarito el encargado de frenar las imparables arrancadas del astro de Rosario.
Valverde es una de las piezas claves del Real Madrid de Zidane esta temporada. Su juego le ha convertido en un fijo en los onces del galo, que ha encontrado en la figura del charrúa el mediocentro que tanto anhelaba cuando Pogba no terminó llegando al Santiago Bernabéu. El fútbol de Fede, su manera de entender el juego, no dar por perdido ningún balón, su capacidad para pisar área amiga y enemiga y su orden táctico le convierten en el jugador clave para asumir el papel de bailar con la más fea. Algo que ya hizo en el Camp Nou en el partido de ida con un resultado más que notable, ya que Messi no pudo brillar y sufrió el marcaje del uruguayo.
Valverde se ha convertido esta temporada en el jugador que siempre esperaron por Valdebebas. Desde su llegada al club, cuando recaló en el Castilla y jugó con el Juvenil A la UEFA Youth League, se ha tenido una fe ciega en un futbolista que está progresando a pasos agigantados. Su aparición ha dado sentido a la idea que tenía Zizou de fútbol cuando asumió sentarse otra vez en el banquillo del Real Madrid, uno de los más complicados del mundo. En unas horas, con un Clásico como escenario y con el objetivo de frenar a Messi, tendrá otra oportunidad de seguir demostrando que en su figura los blancos tienen jugador para muchos años.
