La HBA actuaba junta en una gran noche por primera vez. Tras vivir su puesta de largo en partido oficial el pasado sábado en la victoria del Real Madrid frente al Huesca, ante el Inter de Milán, en una auténtica final por evitar el bochorno de no clasificarse para los octavos de final de la Champions, Hazard, Benzema y Asensio partieron de inicio para formar el tridente ofensivo de los blancos. El mejor que puede tener un Zidane que en cuanto ha gozado de la oportunidad de tener a los tres a su disposición no ha dudado en ponerlos de inicio.
El Di Stéfano albergaba un finalísima y la HBA quería estar a la altura. De hecho, la primera gran oportunidad madridista nació de la sociedad Hazard-Asensio. El belga cedió un gran balón al balear, pero Marco echó el cuerpo atrás y el balón se marchó alto. Esta fue la primera y se podría decir que última aportación de Eden en ataque en el partido, ya que la zaga italiana fue capaz de desconectarle durante los 55 minutos restantes. El ‘7’ se tuvo que esmerar más en labores defensivas y de recuperación, ya que arriba lo tenía muy difícil.
Por otro lado, Asensio estuvo mucho más activo. Sin brillar especialmente, sí fue una opción para sus compañeros cada vez que los blancos atacaban. La pedía, combinaba con Lucas, aunque, como Hazard, era bien frenado por la defensa del Inter de Milán. Y la tercera pata del banco era Benzema. Karim, como sus compañeros de ataque, entró menos de los deseado en juego, pero sus dos intervenciones no dejaron indiferentes a nadie. La primera, cediendo un balón a Valverde que erró cuando lo tenía todo para marcar. Y la segunda, aprovechando un falló de Achraf para recoger un balón que terminaría introduciendo en el fondo de las redes del Inter.
Sustos y samba
La segunda parte no mejoró la actuación de Hazard y Asensio, que se continuaron estrellando con el muro italiano. Encima, Eden dio el susto tras llevarse un pisotón en el tobillo, eso sí el que no está operado. No obstante, durante unos minutos y viéndole tendido en el césped con claras muestras de dolor, por la cabeza de Zidane, el equipo y el madridimo pasó lo peor. Finalmente se recuperó, aunque el belga, al igual que Marco, fueron sustituidos pasada la hora de partido por Vinicius y Rodrygo.
Con Benzema tocando solo y acompañado de la samba brasileña, llegó el empate a dos del Inter. Se mascaba la tragedia en el Di Stéfano, pero los blancos, que para matarlos en la Champions, en su competición, hay que hacerles mucho daño, se lanzaron a por tercero. Los jóvenes guiados por el francés crearon peligro cada vez que podían correr y, en una de estas carreras, Vini cedió a Rodrygo y llegó el gol de la victoria.
En los minutos finales tocó remangarse y Benzema no dudó. Bajó para ayudar a sus compañeros atrás, cuando éstos sufrían las embestidas italianas. Y cuando se podía salían al ataque, aunque sin dejar de mirar atrás. Es lo que tocaba para conseguir tres puntos capitales.
La primera gran noche de la HBA fue eclipsada por dos jóvenes que piden paso. Rodrygo y Vinicius reclamaron su sitio ante una pobre actuación de Asensio y Hazard. Y luego está Benzema, que casi siempre da lo que se espera él.
