Sergio Ramos fue el único fichaje español en la primera etapa de la presidencia de Florentino Pérez al frente del Real Madrid. La incorporación del defensa sevillista fue propia de un galáctico tras ser la sensación de la Liga en la temporada 2004/05. El jugador hasta marcó de falta uno de los goles del año contra el equipo blanco llegando a la capital de España en el último día del mercado de fichajes a cambio del pago de su cláusula de rescisión de 27 millones de euros.
Muchos dijeron que el mandatario madridista se había ‘calentado’ adquiriendo a un jugador de apenas 19 años por ese precio. El tiempo, sin embargo, quitó razones a unos críticos tuvieron que envainársela con un defensa que ha sido uno de los mejores negocios de la historia del Real Madrid. Su palmarés es único y envidiable tanto a nivel de club como de selección. De blanco ha levantado cinco Ligas, cuatro Champions, dos Copas del Rey, cuatro Supercopas y dos Mundiales de Clubes siendo el capitán en muchas de esas citas.
Ramos se marcha del equipo madridista tras haber disputado 671 partidos oficiales con la friolera de 101 goles en ese tiempo. Es de largo el defensa blanco que más veces ha visto portería y también uno de los pocos jugadores que ha defendido la camiseta merengue en tres décadas diferentes. Ramos empezó compartiendo vestuario con Zidane, Beckham, Ronaldo y compañía y ha terminado disfrutando de sus mejores años con Cristiano, Benzema o Modric.
El camero afronta ahora una nueva aventura profesional tras dejar huella en un equipo que nunca olvidará su aportación a una gran cantidad de títulos. De aquel pipiolo casi sin barba y con pelo largo que aterrizó en el Bernabéu el 31 de agosto de 2005 poco o nada queda. Aquí se ha hecho un hombre que ha formado una familia, que ha ganado todo lo deseable por un futbolista y que ha disfrutado de la competición como nadie.
Sergio se marcha por la puerta grande siendo reconocido como el mejor de la década en su posición y uno de los mejores de la historia. El madridismo está más que agradecido por los servicios prestados al capitán que levantó tres Champions seguidas. Ni el más optimista habría dicho a Sergio que tendría esas fotografías en el salón de su casa cuando llegó aquí.
