El Real Madrid volvió a evidenciar contra el Villarreal los problemas defensivos que está teniendo esta temporada. Contra el conjunto de Emery vovió a encajar, en lo que fue el octavo partido consecutivo sin dejar su portería a cero. La que fuese el pasado curso una de las defensas más sólidas de Europa se ha desmoronado en este inicio del curso y concede excesivas facilidades que los rivales no dudan en aprovechar.
Los de Zidane no han conseguido encontrar aún la estabilidad atrás que les permitió el pasado año conquistar el título liguero. Esta temporada están muy lejos de ser el equipo sólido que les llevó al éxito. Frente al Villarreal, además, tenían que sobreponerse a la ausencia de Sergio Ramos. El capitán tiene una lesión en el bíceps femoral que impidió viajar con el resto de la expedición y, como casi siempre, el equipo acabó acusándolo.
El conjunto madridista reflejó en la segunda mitad el cansancio propio del paso de los minutos y empezó a conceder oportunidades ante el Villarreal. Los errores atrás se sucedieron, hasta que de uno llegó el empate. Un desajuste dejó sólo a Chukwueze ante el meta, que se lanzó a por el balón y llegó tarde, derrobando al atacante amarillo. Gerard puso el 1-1 desde el punto de penalti.
Los blancos volvían a ver como se les escapaba el partido desde el punto de penalti, como ya pasó ante el Valencia, en el que les pitaron tres penas máximas. Ahora, el encargado de arrebatarle los tres puntos era un Villarreal que incluso pudo hacer más daño, si Nacho no hubiera aparecido para evitar en el descuento el gol de Kubo.
Los madridistas han pasado de ser un equipo rocoso, al que era prácticamente imposible hacerle un gol, a sufrir para puntuar en los últimos partidos. La solvencia atrás se ve cuestionada partido tras partido, en la que los rivales generan ocasiones con relativa facilidad.
Prueba de ello es que Courtois lleva sin dejar su portería a cero ocho partidos consecutivos. Desde la victoria ante el Levante en la jornada 5, los madridistas han encajado un total de 15 goles en ocho partidos. Si a eso se le añade la dificultad a la hora de generar oportunidades en el ataque, el resultado se traduce en la obtención de 11 puntos de los últimos 24 posibles entre Liga y Champions.
Lejos están los madridistas del excelente trabajo defensivo que lograron hace pocos meses. Tras el confinamiento, con la reanudación de la competición, el Real Madrid consiguió remontar el vuelo y hacerse con el título liguero gracias a una impecable labor atrás, al encajar cuatro goles en los 10 partidos que ganaron de forma consecutiva. Courtois además acabaría Zamora al encajar un total de 20 goles en 34 partidos, 10 más de los que lleva en los nueve primeros partidos ligueros del curso.
