Zidane pasó a un sistema de tres centrales en la segunda mitad

La última Zidanada que castigó al Madrid: la Real se aprovechó del cambio de dibujo

Zinedine Zidane se equivocó en un movimiento táctico que perdió al equipo tras el descanso. El Real Madrid dominó a la Real Sociedad en los primeros 45 minutos, pero el paso a defensa de tres centrales acabó por descolocar al equipo. "No estaba contento con la presión", explicó el técnico

Zidane real Madrid
Zidane, en el partido ante la Real. (AFP)

Un cambio que cambió un partido. El carácter y la personalidad de Zinedine Zidane le llevaron a intervenir en el descanso de un partido en el que el Real Madrid dominaba en juego y sensaciones, acercándose a un gol que debía llegar, por lógica, si el monopolio del equipo blanco se prolongaba. Isco ejercía de de pivote sobre el que giraban Asensio, Modric, Kroos o Casemiro, todos ellos titulares habituales y cómodos con el nuevo sistema, pero Zidane decidió dar un giro que llevó al Madrid a la perdición y a la Real a adelantarse en el luminoso, marcando el devenir del partido.

La decisión de Zizou no cuenta con fácil entendimiento cuando, con cierta sorpresa e indudable mérito de los técnicos, había detectado que alinear a Isco como cuarto centrocampista podía darle un plus al equipo ante la Real Sociedad. En la primera mitad el Madrid se benefició de ello, y desplegó un juego notable sobre el césped del Di Stéfano. Las jugadas llegaban a zona decisiva y se finalizaban, dejando a los palos y a la defensa de la Real como villanos y único motivo que apartaba al Real del gol.

Las buenas sensaciones eran indudables, pero no suficientes para Zidane, que en el descanso tomó una decisión que cambiaría el partido, cambiando el peso de la balanza hacia el lado de la Real en lugar de volcar más si cabe la cuesta abajo madridista. Sin cambiar activos, Zizou retrasó la posición de Casemiro hasta formar una línea de tres centrales junto a Varane y Nacho. Lucas y Mendy quedaban como carrileros, con más libertad si cabe en ataque.

«No estaba contento con la presión», aseguró el mister del Real Madrid, explicando un movimiento ambicioso, ya que el equipo dominaba y sus técnicos querían más, con 0-0 en el marcador, pero que perdió al equipo, como reconoció el propio Zidane en declaraciones al término del choque. «Lo mantuvimos 10-15 minutos y volvimos a cambiar. Con los cambios volvimos a entrar en el partido. El cambio de dibujo pudo ser que le perjudicase al equipo».

Perdidos en ataque… y en defensa

Lejos de entender y adaptarse al movimiento, los futbolistas que tan enfocados al buen juego y a las ocasiones parecían en los primeros 45u minutos, vieron como el puzzle se desmontaba, dejando espacios entre ellos y pagándolo en ataque y, sobre todo, en defensa.

El fútbol del Real Madrid pasaba de fluir, a las órdenes de Kroos, Modric e Isco, a atascarse en salida con los tres centrales asumiendo demasiadas responsabilidades. Por su parte, las bandas quedaban solas y la Real, como resultado de todo ello, se hacía con el balón, convirtiéndose en mucho más peligroso. Isak y Oyarzabal tomaban todo el peso del partido y los laterales, Gorosabel y Monreal, podían desplegarse ofensivamente sin vigilancias del rival.

Así llegó el 0-1, con una acción en la que la banda derecha madridista se descosió para permitir la llegada de Monreal, quien centró magistralmente al lado opuesto, donde aparecía Portu, libre de marca. Mendy, carrilero y no lateral, se confió y no replegó como es debido y llegó un segundo tarde, suficiente para ver como el ariete rival ponía en la misma escuadra su cabezazo. Un auténtico mazazo para el equipo… y para el cambio de Zidane. 

Nuevo cambio para remontar

El resultado había sido negativo, y visto el colapso ofensivo y la inoperancia defensiva, Casemiro regresó a su posición. Entonces, el marcador ya estaba encarrilado para la Real Sociedad y el Madrid no podía manejarse con la paciencia de la primera parte. Como resultado del 0-1, Zizou cambió piezas y, además de la vuelta de Casemiro al pivote y la línea de tres, Rodrygo, Vinicius –y Hugo Duro– ingresaban en el terreno de juego. Volvía el 4-3-3 con extremos.

De forma más vertical, el Madrid lo intentó una y otra vez para sacar algo positivo del partido. Lo haría in extremis, de rebote y con justicia por mediación de Vinicius, pero la sensación de que el cambio táctico de Zidane había marcado el partido, de forma negativa, para los suyos, no se diluye y da pie a la consideración de una nueva Zidanada del técnico francés, que se la jugó, y falló, ante la Real Sociedad.

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