Los viejos fantasmas vuelven a sobrevolar al Real Madrid. Todo era alegría y felicidad en el club, que sigue líder de la Liga Santander, hasta que aparecieron Gil Manzano y, en el VAR, Munuera Montero. Entonces, el conjunto blanco volvió a revivir situaciones que parecían pasadas. En el vestuario son plenamente conscientes de que, como sucedió el pasado curso, no tendrán el viento a su favor. Por el momento, así está sucediendo. Ante el Villarreal, Nacho sufrió un clarísimo penalti de Albiol que ni el árbitro de campo, ni el que estaba en Las Rozas quisieron pitar.
Contra el conjunto amarillo, la pena máxima obviada por Gil Manzano pudo darle los tres puntos a los blancos, que habrían ampliado su renta tanto con sus principales perseguidores. No es la primera vez que sucede esta temporada. En el otro partido en el que los blancos se han dejado puntos, ante el Levante, también se reclamó otro, por un agarrón doble sobre Luka Jovic. También frente al Mallorca, aunque el partido estaba resuelto, no se señaló uno sobre Rodrygo.
No sorprende, puesto que es la tónica habitual de los últimos años. El rasero que se aplica para medir las acciones a favor del Real Madrid es mucho mayor que con sus principales competidores. Si ir más lejos, en la última Liga, los madridistas estuvieron 25 jornadas seguidas sin que les pitaran un penalti a favor, más de la mitad de lo que dura el campeonato.
La acción más llamativa de la pasada campaña fue, sin duda, el penalti a favor que le pitaron a los blancos ante el Sevilla, que terminó lanzándose en contra. En aquella ocasión, los madridistas iban 1-1 y estaban lanzados a por una victoria que les ponía líderes. Podían convertir el 2-1, pero desde el VAR corrigieron la acción por un penalti surrealista de Militao.
Entonces, se comenzó a sospechar seriamente en todos los estamentos del club que la persecución arbitral estaba más cerca de la realidad que de ser simplemente una teoría conspiratoria. Ahora sucede lo mismo. Pequeñas acciones que quedan en el olvido, pero que en un momento en el que el equipo de Ancelotti va lanzado y sus rivales se dejan puntos, hay decisiones que merman los resultados y la proyección de los madridistas.
Favores a los rivales
Los factores que se daban el pasado curso, comienzan a repetirse en este. El Real Madrid está señalado por el presidente de la Liga, Javier Tebas, y por la misma UEFA con motivo de la Superliga. El club ha puesto en jaque a las instituciones que mandan en el fútbol nacional y europeo y, ahora, paga las consecuencias.
Además de sufrir en carne propia las decisiones nada imparciales del estamento arbitral, ven como sus principales rivales se ven beneficiados por criterios que, por más justos que sean, únicamente se aplican a su favor. Es el caso de los amplios descuentos al Atlético de Madrid, que le permitieron imponerse al Espanyol con un gol en el 99′ o la famosa pausa de hidratación en la penúltima jornada de la pasada Liga, cuando no se daban las condiciones climáticas para parar el partido y disponer de un tiempo muerto que cambiase la dinámica del encuentro.
Los blancos saben que esta temporada tendrán que dar más de lo necesario para ganar un partido. Como bien está quedando demostrado en este arranque, al más mínimo contratiempo, los madridista se ven perjudicados por decisiones que, si el equipo vistiera de otro color, serían totalmente distintas.
