En la cúpula del Real Madrid existe un mosqueo importante con Zinedine Zidane. La derrota frente al Mallorca ha escocido bastante, no por el resultado en sí, que también, sino por el cómo se dio. En los despachos del Santiago Bernabéu creen que tiró el partido contra el Mallorca, que era más importante de lo que podía parecer por el hecho de que el liderato estaba en juego.
En el Real Madrid están molestos porque consideran que el entrenador francés se equivocó gravemente con su alineación y su planteamiento en Son Moix. La cúpula no entiende cómo Zidane optó por un once que califican de «delirante» y a la vez no se explica por qué el galo reservó a jugadores como Carvajal, Varane o Valverde cuando sabía que el encuentro era fundamental.
Discrepancias en el vestuario
En el vestuario también hay discrepancias con las decisiones del entrenador francés. Varios pesos pesados tampoco entienden una alineación que partía al equipo totalmente por la mitad y dejaba solo a Casemiro en el centro del campo. Se intuía cuando se facilitó el once y quedó corroborado durante el partido, con un Isco desaparecido en defensa y en ataque, un Odriozola superado por completo, un Jovic que fue una isla…
En los despachos del Bernabéu esperan que Zidane reaccione y olvide esos ataques de entrenador, esas rotaciones tan pronunciadas cuando el equipo de por sí tiene muchas bajas importantes. La prueba de fuego va a ser ante el Galatasaray y el Real Madrid está obligado a ganar porque está en juego el futuro en la Champions League. El francés tiene que poner a los mejores, estudiar a los rivales, entrenar y buscar soluciones para un equipo que sigue sin tener una identidad y que no termina de ofrecer sensaciones convincentes.
