Corren tiempos difíciles para el Real Madrid. Y para Zidane. El técnico, que fue recibido el pasado mes de abril como el hijo pródigo, una suerte de Luke Skywalker que iba a devolver la paz a la galaxia blanca, ha perdido el favor del Bernabéu. Zizou está afrontando su segunda crisis en apenas un par de meses de competición y su figura cada vez tiene menos aura y más crítica.
Según los datos de la encuesta de OKDIARIO, un 68% de los aficionados despediría a Zidane si el Real Madrid pierde este martes ante el Galatasaray, una medida que descartan «tajantemente» desde los despachos de Valdebebas. Para la cúpula del club blanco Zizou tiene garantizada su continuidad salvo una debacle en la Champions como sería caer eliminados en la primera fase, algo que no se contempla en el club.
Resulta curioso comprobar cómo a Zidane se le ha marchitado la flor de la afición, que siempre estuvo a su lado en los tiempos de las tres Champions consecutivas. Ahora es tiempo de críticas, algunas desmedidas y desproporcionadas y otras más que merecidas.
El propio técnico afirmaba en la rueda de prensa previa al partido ante el Galatasaray que le molestaba que se empezara a poner en cuestión su continuidad y que nombres como el de José Mourinho hubiera vuelto a salir a la palestra a las primeras de cambio. Es lo que toca, Zizou. Al menos tuvo el apoyo de Sergio Ramos, que ejerció de capitán: «No podemos cuestionar a Zidane cada vez que se empata un partido».
