Zinedine Zidane encuentra en sus intocables la única fórmula que le funciona. El técnico del Real Madrid ha comprobado, tras varios experimentos fallidos en los últimos encuentros, que el equipo carece de un fondo de armario de garantías. El conocido como ‘plan B’ del conjunto blanco ha muerto, pero por suerte para los intereses del club, el ‘plan A’ siempre responde. Contra el FC Barcelona en el Clásico se comprobó una vez más que, a la hora de la verdad, los titulares dan la cara y están al nivel que se espera de ellos.
El técnico ha probado durante el inicio de Liga variaciones en su once tipo que no han terminado de cuajar. Jugándosela ante los culés, apostó por sus mejores jugadores y, de nuevo, salió victorioso del Camp Nou. Las ‘zidanadas’ tan habituales en esos últimos partidos quedaron a un lado contra los azulgranas y el resultado no pudo ser mejor.
Contra el Cádiz y el Shakhtar Donestk, el entrenador madridista introdujo diversos cambios que le costaron la derrota. Las dos derrotas llevaron al Madrid a una crisis que dejaba señalado a Zidane y que podía haber puesto en duda su cargo de no haber logrado salir victorioso de Barcelona. Con algo más que tres puntos en juego y en la primera prueba real de nivel del curso, volvió a tirar de lo que ya ha comprobado que le funciona y los jugadores volvieron a responder de la mejor manera.
Zidane cuenta con un equipo plagado de grandes jugadores, pero a la hora de la verdad no todos responden. Sólo un grupo de 13 o 14 jugadores se han ganado este curso la confianza del técnico con sus actuaciones sobre el césped. Por ello, en el partido que marcaba el devenir más inmediato de los blancos, los señalados de las últimas derrotas se quedaron en el banquillo.
El francés se ha caracterizado en estos años al frente del banquillo por saber gestionar el vestuario a la perfección. Las rotaciones han sido una constante prácticamente partido tras partido, bien con ligeros retoques o bien de forma masiva, llegando a cambiar prácticamente todo el equipo. La fórmula le funcionó con éxito en su primera etapa, pero desde el curso pasado la segunda unidad comenzó a mostrar unas carencias que esta temporada han quedado más que en evidencia.
Como ya sucedió tras el parón de la pasada campaña por el coronavirus, Zidane quiso asegurar el título liguero sin realizar excesivos cambios pese a la carga de partidos, apostando por una columna vertebral que era innegociable. Después de poner a prueba en este arranque liguero a los menos habituales, ha vuelto a quedar demostrado que únicamente puede contar con el ‘plan A’, que le responde en todo momento.
